Alcohol y musculación.


¿Cómo afecta el alcohol al proceso de construcción muscular? En este artículo vamos a explicar  lo que sucede en el organismo cuando se toma alcohol, así podrás hacer tu propio juicio acerca de si debes o no debes añadir alcohol en tu plan de entrenamiento y desarrollo muscular.

El alcohol y hormona del crecimiento:

Un problema importante con el consumo de alcohol tiene que ver con sus efectos sobre la liberación de la hormona del crecimiento. La hormona del crecimiento es la sustancia en el cuerpo que juega un papel muy importante en la regeneración, la reproducción y el crecimiento de los tejidos del organismo. Cuando los niveles de esta hormona son bajos, el desarrollo muscular no se llevará a cabo de forma óptima. La hormona del crecimiento es secretada principalmente durante las primeras horas de sueño en la noche y el alcohol tiende a interrumpir los ritmos naturales del sueño que se producen, por lo que se reducirá la cantidad de hormona de crecimiento liberada. Esta disminución puede ser de hasta un 70%, por lo que realmente va a producirse un cortocircuito en tu progreso.

El alcohol y la testosterona:

El siguiente factor a considerar es el efecto del alcohol sobre la testosterona. Como ya sabemos, la testosterona es otra hormona asociada con el crecimiento del músculo y es la razón por la cual los hombres tienen mucha más masa muscular que las mujeres. Cuando se consume alcohol, se produce una sustancia tóxica en el hígado y que disminuye la concentración de testosterona en el cuerpo, resultando en una disminución del desarrollo muscular.

El alcohol y la recuperación:

Otra área donde el alcohol afecta de forma negativa es en el proceso de recuperación muscular. Puesto que el alcohol es una toxina en el cuerpo, la energía se va a emplear en eliminar del sistema esa toxina y para recuperarse de los efectos negativos que ha tenido en los tejidos. Dado que esto lleva tiempo y las reservas de energía son limitadas, el cuerpo no tendrás la energía necesaria para recuperarse de los entrenamientos, por lo tanto no podrás entrenar de forma óptima en tu próxima sesión en el gimnasio.

El alcohol y la deshidratación:

La deshidratación es otro tema que tiene que tienes que tener en cuenta si decides tomar alcohol mientras entrenas y tratas de construir el músculo. Puesto que el alcohol actúa como un diurético en el cuerpo, a menos que estés seguro de remplazar el exceso de líquido con agua u otra bebida no alcohólica que no contenga cafeína, el saldo natural de agua se verá afectado. La deshidratación tiene una serie de efectos negativos sobre el cuerpo, desde la sensación de fatiga que causa bajo rendimiento físico, promover la sensación de apetito (lo cual es especialmente problemático mientras se está a dieta), e interrumpir la capacidad de las células musculares para producir ATP (que es tu principal fuente de energía muscular).

El alcohol y la síntesis de glucógeno:

Aparte de la energía ATP, la siguiente fuente de energía requerida para llevar a cabo  el trabajo muscular es el glucógeno muscular. Lamentablemente, cuando se consumen bebidas alcohólicas, la síntesis de alcohol tendrá prioridad sobre la síntesis de glucógeno dando lugar a una disminución en las reservas de las células musculares. Cuando hagas tu próxima sesión de ejercicios, tu cuerpo tendrá menos energía para funcionar y no podrás trabajar duro en el gimnasio.

El alcohol y la capacidad aeróbica:

Si no estás tan preocupado con tus niveles de fuerza, debes saber que incluso cuando se trata de actividades aeróbicas, el alcohol afecta al rendimiento. En este caso, el alcohol puede causar un aumento en la presión sanguínea en todo el cuerpo y un correspondiente incremento en el ritmo cardíaco. Debido a que tu corazón ya estará trabajando a un ritmo mayor durante las actividades aeróbicas, el estrés adicional del alcohol únicamente amplificará el ritmo cardíaco y provocará que el ejercicio sea más difícil de lo que debería.

El alcohol y la grasa corporal:

Finalmente, el último número que rodea el consumo de alcohol es que contiene calorías vacías. Por lo general, las bebidas alcohólicas tienen un escaso aporte nutritivo. Las calorías vacías suelen incluir elevadas proporciones de carbohidratos de absorción rápida como los mono y disacáridos y grasas poco saludables como grasas trans y saturadas.
No obstante, a pesar de los efectos perjudiciales del alcohol y el crecimiento del músculo,  el ser humano no es de piedra y de vez en cuando apetece tomarse unas copas con los amigos. Dicho esto, hay opciones para minimizar los efectos adversos del alcohol en el organismo.
En primer lugar, complementar con N-Acetil Cisteína. Metabolizar el alcohol consume glutatión, un aminoácido que sirve como uno de los más fuertes antioxidantes del cuerpo para combatir a los radicales libres. Tomando 500-600 miligramos al día de NAC puedes ayudar a reponer los antioxidantes y ayudar al organismo a limpiar los metabolitos tóxicos que se generan por la descomposición del alcohol en el hígado.
Otro suplemento para considerar son los BCAA´s. El alcohol bloquea la construcción muscular a nivel genético mediante la inhibición de la acción de la leucina, el aminoácido clave detrás de todas las propiedades de los BCAA´s sobre el crecimiento muscular.
Definitivamente, el alcohol y la construcción de músculo no hacen buena amistad. A la hora de tomar alcohol la moderación y las responsabilidad son las claves.

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